jueves, 15 de mayo de 2008

SEGURIDAD INDUSTRIAL

Todos sabemos que las condiciones en que realizamos algo repercuten profundamente en la eficiencia y rapidez de nuestra actividad. Sea que estudiemos, leamos, cambiemos un neumático o laboremos en una línea de montaje, el ambiente inmediato no deja de influir en la motivación para ejecutar la tarea y la destreza con que la ejecutamos.Si las condiciones físicas son inadecuadas, la producción mermará, por mucho cuidado que ponga una compañía en la selección de los candidatos más idóneos, en su capacitación para el puesto y en asignarles los mejores supervisores y crear una atmósfera óptima de trabajo.Los psicólogos industriales han realizado programas de investigación exhaustiva sobre todos los aspectos del ambiente físico del trabajo. En diversas situaciones analizan factores como la temperatura, humedad, iluminación, ruido, y jornada laboral. Establecen pautas preferentes al nivel óptimo de cada uno de esos factores. Se cuenta con gran acervo de conocimiento acerca de los rasgos del ambiente físico que facilitan el redimiendo. Nadie duda de que el ambiente incomodo ocasione efectos negativos: disminución de la productividad, aumento de errores, mayor índice de accidentes y más rotación de personal.Cuando se mejora el ambiente laboral haciéndolo más cómodo y agradable la producción se eleva así sea temporalmente. Pero la interpretación de los cambios plantea un grave problema al psicólogo y a la gerencia.Quizá la opinión y la reacción emocional de los empleados y no los cambios sean lo que elevó la producción y el redimiendo. Sea como fuere, la compañía obtiene sus metas y el personal está más contento y satisfecho. Aunque los resultados podrían ser iguales prescindiendo de la causa, es indispensable que el psicólogo y la organización averigüen la causa exacta del aumento de la productividad. Por ejemplo, supongamos que se debía a un mejoramiento de la actitud de los empleados, pues pensaban que la empresa no tenia interés en ellos como seres humanos sino que los veía, como meras piezas de una máquina o mecanismos. De ser así, podrían influirse en su actitud y al hacerlo elevar la producción mediante otros medios menos costosos de cambio de ambiente físico. En muchas industrias se encuentran ejemplos de una eficiencia óptima a pesar de ser intolerables, o al menos incómodos las condiciones de trabajo. Y por otra parte se dan abundantes ejemplos de baja productividad y moral en instalaciones modernas, cómodas y muy adecuadas. Dichas condiciones no son el elemento decisivo del rendimiento, aunque no negamos que influyen mucho en él. La idea que los empleados se forman de los cambios y la manera en que se adaptan a ellos son un factor esencial en los frutos de cualquier innovación que se introduzca a la planta.

miércoles, 14 de mayo de 2008

SEGURIDAD

Cada vez que llego a una planta de producción, encuentro desde grandes vallas hasta pequeños avisos que muestran el desempeño de seguridad industrial haciendo uso de una serie de indicadores como horas hombre sin accidentes o número de lesiones para mencionar algunos.
Las estadísticas son importantes señales que nos muestran donde han fallado los sistemas y obviamente son una visión hacia atrás. Sin restarles importancia, estos números no siempre representan las probabilidades de un nuevo evento accidental o de otras fallas en el sistema de gestión.
Como complemento a esas estadísticas algunas empresas de manera inteligente y proactiva usan las auditorías para identificar con anticipación las posibles fallas y tomar acciones para corregirlas. Este es un punto de gran relevancia y en general de buenos resultados, -cabe anotar que los resultados son intangibles ya que se refieren a lo que no ocurrió- pues se evita al menos un accidente. Sin embargo, las auditorías tampoco muestran todo el panorama. Es muy poco frecuente que las auditorías muestren dos elementos que a mi parecer son críticos: la cultura de seguridad y la percepción de las personas frente a ella.
Cada vez que me es posible, sugiero incluir dentro de las auditorías, algunas preguntas que se refieran específicamente a la percepción de la seguridad y a la cultura de la organización respecto a ella, con el propósito de obtener de primera mano el punto de vista de los trabajadores sobre la gestión y con esto, información para mejorar. La percepción es un concepto interesante y de gran valor para la organización.
Conocer la percepción de las personas frente a la seguridad facilita la identificación de creencias y actitudes en el sitio de trabajo. Adicionalmente evidencia el progreso en la cultura en la medida que podamos reconocer el sentimiento de responsabilidad individual y el interés por contar con un ambiente de trabajo más seguro.
Las respuestas que se obtienen de los trabajadores mostrarán fortalezas y debilidades, así como diferencias de opinión entre ellos que también servirán para establecer prioridades y enfocar esfuerzos.
Investigar sobre la percepción requiere también considerar otros factores como: la retención de información por parte de los trabajadores, personas que dicen lo que otros quieren oir o el hecho de magnificar o minimizar determinados puntos. Al respecto recuerdo una empresa en la que todos los trabajadores -excepto uno- dijeron sentirse bien con la seguridad, recordaban y practicaban las normas y recomendaciones que recibieron en los cursos, pero ninguno mencionó que una de las bodegas de materiales era un completo desastre ni que en ese lugar había ocurrido un accidente o que en alguna opotunidad se encontraron roedores vivendo cómodamente en ella.
Como todo, evaluar la percepción tiene pros y contras, pero al final ofrece información de gran valor para el mejoramiento continuo.